Hay bandas que nacen por accidente, otras por moda… y después está LONNEGAN, una formación que no surge: se forja. Su historia comienza antes de tener un nombre, antes incluso de compartir escenario. A finales de los años 90, cuando la mayoría se subía al tren de las tendencias, cuatro músicos caminaban en otra dirección, siguiendo un instinto más viejo que cualquier lista de éxitos: el rock and roll auténtico.
En el año 2000, al inicio del nuevo siglo, ese impulso toma forma definitiva:
LONNEGAN.
Los fundadores (Los mismos desde los inicios)
- Valentín “Tilos” – Voz y guitarra rítmica. El predicador, capaz de convertir cada frase en un latigazo emocional.
- Germán Prieto – Guitarra solista. Fino, incendiario, herencia directa de los viejos bluesmen pero con filo propio.
- Mario “Levrone” – Batería. El martillo que marca el paso. Preciso, contundente, el corazón que late y empuja a la banda.
- José María “Yepes” – Bajo. El ancla que sostiene todo, elegante y sin artificios, imprescindible como la sombra del ritmo
Raíces
Venían de diversas bandas de los 90, de locales de ensayo llenos de humo y cables pelados, de salas pequeñas donde la luz era escasa pero la pasión, infinita. De ahí arrastraron una certeza: la buena música no se negocia.
Mientras otros buscaban etiquetas, estética o ruido mediático, LONNEGAN buscaba algo más simple y más difícil: ser reales.
El sonido
Rock and roll con el alma empapada de blues, directo al pecho, sin artificio ni maquillaje.
No hay trucos. No hay disfraces.
Solo canciones que huelen a amplificadores calientes y a vida vivida a pie de escenario.
Su estilo esquiva deliberadamente las modas y rehúye de todo hype. No pretenden reinventar el rock: pretenden seguir defendiéndolo, recordando que aún late, que aún muerde, que aún puede hacerte sentir algo de verdad.
El camino
A lo largo de cientos de conciertos, salas, bares, escenarios improvisados y festivales, LONNEGAN se ha ganado la reputación que nunca buscó:
la última banda real de rock and roll del país.No es un título oficial.No es un premio.
Es algo más importante: una credibilidad tallada a golpes de directo.
Identidad
LONNEGAN no se vende.
No se disfraza.
No cambia para gustar.
Son músicos de vocación, de los que entienden la música como un oficio, una herrería donde cada riff se golpea hasta que brilla y cada canción se pule hasta que respira sola.
Su único compromiso ha sido siempre el mismo:
ser una banda legítima y fiel a sí misma.
Y esa, en un mundo lleno de ruido, es la mayor rareza de todas.
Que siga sonando la música.
- LoNNeGaN -
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